Cómo ayudar a otra persona a aceptar ayuda
Antes que nada, dígale que la quiere o que se encuentra preocupada por él/ella. Exprese estas palabras de manera que le sea natural de acuerdo a su personalidad y estilo de comunicación. Esta persona puede mostrarse sospechosa hacia usted y temer ser manipulada. Asegúrele que usted verdaderamente la aprecia y se preocupa por ella, y no permita que su defensividad, enojo o negación le impidan continuar con sus intentos por ayudarla.
Después de esto, dígale por qué es que usted se encuentra preocupado (a) por él/ella. Describa ESPECIFICAMENTE aquello que usted ha visto u oído que lo ha alarmado. La persona podrá negar generalidades, pero al presentarle fechas, horas y conductas específicas, podrá más fácilmente reconocer patrones poco saludables.
LOS SIGUIENTES ASPECTOS NO FUNCIONAN: hacer burla, molestar, discutir, regañar, rogar o negociar. Ninguna de estas aproximaciones tendrá un resultado positivo.
Si su vida se encuentra ligada a la de la otra persona de cualquier manera significativa, ¡NO IGNORE EL PROBLEMA! No se alíe con ella ayudando a ocultar su problema. Este no desaparecerá. Busque información para usted y compártala con él/ella. No trate de pelear en contra de un trastorno de la conducta alimentaria sin conocer realmente los hechos.
Dígale que la comida y el peso son únicamente una parte del problema. No la trate de convencer de que todo estaría bien si tan solo comiera de manera normal. La persona también necesita trabajar en cuestiones de baja auto-estima, problemas de relaciones interpersonales, talvez también problemas familiares, y lidiar con la sociedad que nos rodea que glorifica la esbeltez. CAMBIAR LOS HABITOS DE ALIMENTACION NO HARÁ QUE CAMBIEN NINGUNO DE ESTOS ASPECTOS.
Si esta persona es su hijo (a), y menor de 18 años, consígale ayuda médica y psicológica inmediatamente. Las personas llegan a morirse como resultado de padecer trastornos de la conducta alimentaria. No permita que sus lágrimas, promesas o berrinches le impidan conseguirle la ayuda que necesita. Si él/ella promete "mejorar", déle un periodo corto y específico en su duración para mostrar una mejoría.... talvez algo así como 7 días. Si él/ella no "mejora", entonces ha demostrado que el problema va más allá de su control. ¡CONSÍGALE AYUDA INMEDIATAMENTE!
Si la persona es un/una amig@ o compañer@ de clase o trabajo que no busca ayuda, busque involucrar a otras personas para que hablen con ella. Solicite la ayuda de sus padres, pareja, esposo, otros miembros de la familia, empleados, compañeros de trabajo, consejeros escolares, enfermeras, etc... SÍ, la persona probablemente se enojará con usted... por el momento. Posteriormente, talvez le agradezca el haberla ayudado a conseguir la ayuda que necesitaba cuando ella no la podía buscar y obtener por si misma.
Si la persona es mayor de 18-20 años, aliéntela a que hable con un médico o psicoterapeuta especializado en trastornos de la conducta alimentaria. En caso de que la persona decida no buscar ayuda, bríndele apoyo moral. Si quiere que usted se siente con ella para hacer la primer llamada buscando una cita con un psicólogo o un médico, hágalo. Talvez ella le agradecería que la acompañara a la primera cita. DE SER NECESARIO, HAGA LA LLAMADA POR ELLA.
Si ella se rehúsa a recibir tratamiento, consígase un consejero o terapeuta para que lo ayude a usted con sus temores y ansiedad. Sea un modelo efectivo para ella. ¿Por qué debería ella conseguir ayuda para sus problemas si usted no está dispuesto a conseguir ayuda para los suyos?
Ponga límites para cuidarse a usted mismo y al resto de la familia (dormitorio, departamento o círculo de amistades). No deje que abuse de su generosidad al servicio y fomento de su trastorno de la alimentación. No deje que le robe dinero o comida para fomentar su hábito. No le preste las llaves del coche si sabe que lo quiere utilizar para ir en busca de la comida que suele consumir de manera compulsiva. No la deje hacer un tiradero en la cocina o el baño, esperando que usted lo limpie.
Sobre todo, modélele lo que es auto-quererse. No se critique a usted mismo, ni critique a los demás tampoco. Especialmente no critique a la persona que padece del trastorno. Con culpar a la otra persona no se consigue nada más que se viva con culpa y la culpa paraliza. Utilice su energía de manera más afectiva y constructiva.