Karuna

Papel de la familia en el tratamiento

Es una angustiosa y muy difícil experiencia para cualquier persona observar que alguien a quien se quiere está deliberadamente matándose de hambre. Ver la manera como un ser querido se encuentra atrapado en los ciclos de voracidad y/o purga, tampoco es fácil. La ansiedad, confusión e impotencia que experimentan las personas que intentan ayudar aumenta cuando sus intentos por brindar ayuda y apoyo a la persona que tiene el problema son rechazados mediante una constante y tajante negación, resentimiento o rechazo por recibir la ayuda.

Aun en aquellas ocasiones en las cuales la persona admite que algo no está bien, y entonces pide ayuda, es muy probable que cualquier consejo, por sincero y considerado que sea, termine siendo rechazado con un: "Si, pero...". No es necesario que la persona que intenta ayudar reciba muchos "Si, pero's...." para quedarse con un sentimiento de impotencia y frustración.

Aun cuando un trastorno de la conducta alimentaria requiere de un tratamiento especialmente diseñado, éste representa únicamente la punta de un iceberg. Una parte de la recuperación de la persona debe incluir la identificación de los problemas y aspectos que se encuentran ocultos debajo de las dietas, la voracidad y la purga. Algunos de esos problemas incluyen: baja auto-estima, conflictos en relaciones interpersonales, el deseo por alcanzar un estereotipo de esbeltez e imagen corporal irreales para la persona, tensiones familiares, falta de sentido o propósito de vida, etc.

Para ayudar a alguien que padece de un trastorno de la conducta alimentaria, es muy importante saber y recordar los siguientes cuatro aspectos:

  1. Los trastornos de la conducta alimentaria son estrategias para lidiar o enfrentar circunstancias de la realidad cotidiana. El restringirse, matarse de hambre o comer demasiado y purgarse, son maneras como algunas personas que se encuentran atormentadas por otras problemáticas o emociones que las rebasan tratan de manejar sus problemas.
  2. Los trastornos de la conducta alimentaria son tratables.
  3. Las personas SÍ pueden recuperarse y/o entrar en una total remisión. Un trastorno de la alimentación no es necesariamente una sentencia de muerte. Sin embargo, si no es debidamente tratado con un equipo multidisciplinario altamente especializado en el tema, pueden causar la muerte o daños y secuelas de por vida.
  4. La ayuda profesional es casi siempre necesaria para la recuperación.

Al igual que en los otros aspectos del tratamiento, nos esforzamos para que lo indicado como participación familiar en el tratamiento se adapte, en la medida de lo posible, a las necesidades de cada familia. Generalmente es indispensable que la familia asista a terapia o al menos a asesoría familiar frecuente. También es común que se les pida participar en talleres o actividades adicionales que ayuden a darles las herramientas necesarias para poder apoyar de mejor forma a quien se encuentra en tratamiento. Los seres queridos cercanos también requieren de espacio psicoterapéutico para manejar sus propias emociones alrededor de quien presenta el TCA.

         Admitir que se tiene un trastorno de la conducta alimentaria o que algún ser querido padece de alguno de estos trastornos es muchas veces el paso más difícil de dar. Entender que se necesita ayuda tampoco es fácil. El staff de Karuna entiende esto y está altamente capacitado para ayudar a generar esa comprensión, conciencia de enfermedad y motivación para la recuperación. La detección y/o atención temprana y la efectividad del tratamiento multidisciplinario son esenciales para una recuperación satisfactoria.